¿Cuál era el pensamiento de Epicuro?

El pensamiento filosófico de Epicuro

Otros recuerdan a Epicuro como el filósofo ateo que, aunque admitía la existencia de los dioses, afirmaba que éstos viven en los intermundos, en el vacío entre un mundo y otro, sin ejercer ninguna influencia en el mundo porque no tienen en cuenta las cosas terrenales, y mucho menos a los hombres.

Para concluir lo más destacado de lo que la palabra “epicureísmo” recuerda al sentido común, esta filosofía suele ser recordada por el famoso postulado, y posterior demostración, del sinsentido del miedo a la muerte.

En relación con el supuesto hedonismo de Epicuro y la tendencia a desvalorizar el adjetivo “epicúreo” como sinónimo de aquel que se dedica a la búsqueda de placeres materiales, el propio Kant nos aclara el verdadero significado de la palabra placer para Epicuro.

Para el ojo atento, esta misma concepción de la relación entre el hombre y el mundo (o entre el hombre y la naturaleza) recuerda una visión ecológica de nuestro ser en el mundo, en la que el hombre y el medio ambiente no pueden pensarse por separado, y menos aún jerárquicamente, sino que están en constante inter-acción, conexión, ósmosis.

La moral epicúrea

Pero Epicuro se había dado cuenta de que tenía algo nuevo que decir, algo que tenía el futuro para sí mismo, mientras que las Escuelas de Platón y Aristóteles sólo tenían el pasado para sí mismas: un pasado que, por muy cercano que fuera cronológicamente, se había vuelto de repente espiritualmente remoto por los nuevos acontecimientos.

  ¿Qué les gusta a los niños de 8 a 10 años?

Epicuro había visto mucho más allá: si sus contemporáneos miraban con recelo sus ideas, el tiempo le dio la razón y su filosofía sobreviviría incluso a todas las demás escuelas de pensamiento fundadas en su época.

1. Los fundamentos ontológicos. – La larga epístola ad Herodotum, a pesar de ser un epítome y una síntesis, proporciona una comprensión precisa tanto de los fundamentos como de los corolarios esenciales de esta sección de la filosofía epicúrea, mientras que los fragmentos del gran tratado Sobre la naturaleza descubiertos hasta ahora ofrecen una valiosa visión de algunos conceptos importantes.

Pero veamos cuáles son las sugerencias concretas en cuanto a la valoración que hace Epicuro de los deseos y los placeres, y en cuanto al juicio de su elección. En primer lugar, hay que distinguir tres grandes clases de placeres:

Carta a Meneceo

La doctrina de Epicuro tuvo un éxito prodigioso, tanto por el número de sus discípulos como por el afecto y los fuertes sentimientos de los que fue objeto: “El encanto de esta doctrina era igual a la dulzura de las sirenas. Llegó a Roma y a toda Italia, con Lucrecia en particular, considerada una de las raras poetas (si no la única) que ha logrado poner la filosofía en verso.

Un nombre evoca una reserva, por lo que para Epicuro existe una relación entre la teoría del conocimiento y la teoría del lenguaje. Para Epicuro, hay que remitirse al significado primario de una palabra, ligado a la reserva de la que deriva su significado. Esta teoría nos invita a describir el origen del lenguaje para comprender mejor el conocimiento humano:

  ¿Cuáles son sus principales metas?

Además, Epicuro desarrolla la teoría de las múltiples hipótesis sobre la causa de un fenómeno natural. Los límites de nuestro conocimiento hacen que, para un fenómeno determinado, no podamos decidir entre tal o cual hipótesis explicativa.

Hay que tener en cuenta que la tesis materialista del átomo como “indivisible” plantea el problema de lo divino; pues los cuerpos complejos formados por átomos no son intemporales: tarde o temprano acaban decayendo y desapareciendo, es decir, los átomos que los componen se separan, pero sin desaparecer ellos mismos, porque los átomos son indestructibles, intemporales: “inmortales” . Pero los dioses también son inmortales, así que ¿cómo podemos integrar lo divino en esta ecuación? ¿Sin refutar su existencia? Epicuro elude la cuestión afirmando que los dioses, al ser felices y poseerlo todo, nunca nos despreciarán, y por tanto no tenemos nada que esperar de ellos.

Esquema del epicureísmo

Específica a: en otros términos, el placer y el dolor, en tanto que percepciones inmediatas del propio cuerpo, se conocen por sí mismos desde el punto de vista del objetivo. De este modo, el placer y el dolor son las categorías esenciales para la concepción ética de la épica.

Giangiuseppe Pili – Doctor en filosofía y ciencias de la mente (2017). Ha sido profesor asistente en estudios de inteligencia y es el fundador de la Scuola Filosofica (Escuela Filosófica) y el cofundador de la asociación filosófica Azione Filosofica (Acción Filosófica). Es el editor jefe de la serie colectiva de libros basados en el blog (Le Due Torri – Editorial). Es un autor prolífico a nivel nacional e internacional. Es un apasionado jugador de ajedrez y (¡en su día!) realizador de películas.

  ¿Qué es una urgencia médica según la OMS?

Puede que también te guste...

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad