¿Cómo perdonar a mis padres que me abandonaron?

Madre estricta

1) Shock y negación: durante las primeras etapas de la pérdida sentimos un muro de cristal entre nosotros y el mundo, nos sentimos entumecidos, incapaces de sentir dolor y una gran sensación de vacío nos invade. La presencia de los padres en la vida cotidiana desaparece y la soledad se instala

3) cólera: los estallidos de rabia y los sentimientos de frustración caracterizan esta fase, nos preguntamos por qué nos ha afectado el duelo y no encontramos respuesta, nos invade un fuerte sentimiento de injusticia y nos molestan los que se quejan de cosas inútiles.

Madre histérica

Mis padres cuentan que la primera vez que me dieron un sonajero rompí a llorar de miedo, nunca había visto un juguete. Por supuesto, no tengo recuerdos de aquella época, pero cada vez que me informaban de estas cosas sentía rabia y una sensación de confusión.

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Estoy enfadado con mis padres

192. En este contexto, me gustaría mencionar que, junto con el Gran Imán Ahmad Al-Tayyeb, pedimos “a los arquitectos de la política internacional y de la economía mundial, que se esfuercen seriamente por difundir la cultura de la tolerancia, la coexistencia y la paz; que intervengan, lo antes posible, para detener el derramamiento de sangre inocente”[189] Y cuando una determinada política siembra el odio y el miedo hacia otras naciones en nombre del bien del propio país, hay que preocuparse, reaccionar a tiempo y corregir el rumbo inmediatamente.

200. A menudo se confunde el diálogo con algo muy distinto: un febril intercambio de opiniones en las redes sociales, muchas veces guiado por una información mediática no siempre fiable. No son más que monólogos que avanzan en paralelo, imponiéndose quizás a la atención de los demás por sus tonos altos y agresivos. Pero los monólogos no enganchan a nadie hasta el punto de que sus contenidos son no pocas veces oportunistas y contradictorios.

Madre ansiosa

Me gustaría señalar que en las separaciones de los años 70 y 80, ante el juez había una familia completamente diferente a la actual, en la que la mujer, en la mayoría de los casos, era ama de casa y no tenía ingresos propios, mientras que al padre no se le ocurría pedir la custodia de los hijos, ya que lo habitual era que se quedaran con su madre y si los niños querían pasar tiempo con su padre, bien, si no, paciencia. Todos los casos giraban únicamente en torno a aspectos económicos.

Me doy cuenta de que he simplificado demasiado, pero sospecho que de vez en cuando una pléyade de personajes giran en torno a los “traumas de los niños” o a su contención, que incluso pueden salir ganando al alimentar el conflicto o al ver problemas donde no los hay o que, si existen, pueden superarse con el paso de la vida.