¿Qué es el costo irrecuperable en economía?

Compromiso

La teoría económica que considera a los seres humanos como agentes perfectamente racionales afirma que las decisiones deben basarse en la evaluación de las expectativas futuras, sin valorar los recursos gastados que no se pueden recuperar. En presencia de alternativas comparables o mejores, si un objetivo resulta difícil de alcanzar, debe abandonarse rápidamente y pasar a otra cosa. Sin embargo, los seres humanos tienen una fuerte tendencia a tener en cuenta estos costes hundidos, alejándose así de un comportamiento decisorio “perfectamente racional”.

Ejemplo de coste hundido

Los emisores están obligados por ley a tomar las medidas necesarias para garantizar el uso seguro de las tarjetas; algunos de estos sistemas incluyen el envío de mensajes SMS al titular de la tarjeta cada vez que se realiza una transacción (“alerta sms”). Infórmese de los posibles costes de este servicio.

Si utiliza su tarjeta de crédito en Internet, utilice sólo sitios seguros: compruebe en su navegador que aparece un icono de candado antes de la dirección https. Al hacer clic en el icono, puede comprobar la información del sitio y ver su certificado.

Economía oculta

La falacia del concordismo/los costes irrecuperables también aleja a la gente de las relaciones infelices. Si alguien se niega a romper con su pareja, a pesar de no ser feliz con esta persona y estar decepcionado con ella, sólo porque dejarla significaría tirar por la borda los mejores años de su vida, estaría incurriendo de hecho en un coste (hundido) del tiempo y el esfuerzo que pasó con ella durante su tiempo juntos.

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Algunas pruebas experimentales también sugieren que la falacia del coste hundido está impulsada por emociones negativas causadas por la perspectiva de haber invertido sin éxito, como el miedo al fracaso o a ser juzgado.

Coste de oportunidad

Dentro de este enfoque se encuentran las teorías desarrolladas por los psicólogos, en particular la Teoría de la Perspectiva de Kahneman (Premio Nobel de Economía en 2002) y Tversky (1979).

Cuando nos enfrentamos a problemas complejos o a información incompleta, para facilitar o acortar el proceso de toma de decisiones, nos dejamos guiar por heurísticos, estrategias cognitivas, atajos mentales, y nos conformamos con la solución “suficientemente buena”.

Podemos intentar explicarlo utilizando algunos conceptos de la teoría de la decisión y otros tomados de la economía del comportamiento, una ciencia que estudia los procesos de toma de decisiones económicas de los individuos y las instituciones.

Del mismo modo, podemos abrir varias cuentas mentales, cada una de ellas referida a un aspecto concreto de nuestra vida: una para el matrimonio, otra para las relaciones sociales, otra para el trabajo, otra para la salud, o utilizar una cuenta mental general.

La falacia de los costes hundidos mantiene a la gente apegada durante demasiado tiempo a proyectos de investigación poco prometedores, obras fallidas, matrimonios infelices, donde la mejor decisión sería cerrar para evitar más pérdidas, pero hemos invertido mucho, y no estamos dispuestos a tirar toda la energía invertida, perseveramos

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