¿Cómo es separarse a los 40?
Ver a otra persona durante la separación
Cuando los padres de una familia se separan, toda la unidad familiar (también la extendida, es decir, abuelos, tíos, etc.) se implica fuertemente, tanto en el aspecto organizativo como en el emocional.
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En efecto, importantes investigaciones han demostrado una estrecha correlación entre el conflicto entre los padres (unidos o separados) y el malestar psicológico de los hijos (Amato y Rezza,1994; Camara y Resnick,1988; Elliot y Richards,1992; Emery y Forehand,1994; Jenkins,Smith y Graham,1988; Jenkins y Smith,1990).
Los estudios italianos (Francescato,1992) sobre este tema también destacan que cuando los padres están en conflicto, los hijos suelen tener problemas emocionales y de comportamiento, pero que el hecho de que los padres estén juntos o separados influye poco en su bienestar psicológico.
Un estudio realizado con 40 niños de entre 7 y 18 años, cuyos padres llevaban separados al menos cuatro años, demostró que todos los niños dijeron sentir alivio tras el divorcio de sus padres.
Todas las situaciones familiares que conducen a la separación de los padres deben poder beneficiarse de una ayuda psicológica competente y cualificada que pueda apoyar a los padres en el difícil proceso de separación y la crianza simultánea de los hijos, y los hijos deben poder ser apoyados en el proceso de mantener el apego a ambos padres y aceptar su separación.
Cuando un hombre decide separarse
La pensión de alimentos sólo debe garantizar la autosuficiencia económica de la mujer, a menos que haya renunciado a su carrera para ocuparse de la casa y los hijos. En este caso, la indemnización debe tener en cuenta la contribución realizada.
Si el marido se jubila antes del divorcio, la mujer separada no tiene derecho a su parte de la indemnización por despido, que sólo le correspondería tras la disolución del vínculo matrimonial. De hecho, la ley establece que el ex cónyuge divorciado suele tener derecho al 40% de la indemnización por despido del marido si:
Tener el valor de separarse
Cuando nace una pareja, los protagonistas de ese amor piensan y esperan que sea para siempre. Creen en ella, invierten en ella, la abonan con atención y cuidado. La palabra separación, o peor aún, fin, no pertenece a su vocabulario.
Muchas parejas, abrumadas y angustiadas por las interminables tareas de la vida cotidiana y por la mala costumbre de dar por sentado a sus parejas, habitan vínculos emocionalmente extintos, difuntos, vaciados hace tiempo de contenido y significado emocional; siguen por inercia, impávidos en su sentir (o no sentir), anestesiados.
Existe la regla subyacente del infame “bien de los hijos”, de la hipoteca que hay que pagar, de “no dar pena a los padres ancianos”; una regla que impide una auténtica y profunda toma de conciencia, y una posible separación posterior.
La cabeza y el corazón, como sabemos, nunca van en la misma dirección, y en situaciones de sufrimiento extremo como el que provoca la separación, no siempre hablan el mismo idioma. Entre un ataque y un recuerdo, un remordimiento y un arrepentimiento, la pareja protagonista de este desastre amoroso se hunde en un abismo de confusión.
Separación al 50
Además, sólo si no hay hijos menores de edad, hijos mayores de edad incapacitados o hijos con discapacidades graves en el sentido del artículo 3, apartado 3, de la Ley nº 104 de 5 de febrero de 1992 (181,73 KB), o hijos económicamente no autosuficientes, los cónyuges pueden optar por el procedimiento ante el funcionario del registro civil del municipio de residencia.
Asistencia obligatoria de un abogado defensor tanto en la separación de mutuo acuerdo como en el divorcio. En presencia de hijos menores de edad, hijos incapacitados o gravemente discapacitados, o hijos económicamente no autosuficientes, en caso de separación judicial o consensuada, siguen vigentes las indicaciones legales previstas en la Ley 80/2005 (426,25 KB) (art. 707 cpc).