¿Que le puede decir un hijo a su padre?

Frases para mi hijo en mi regazo

Del mismo modo, ambos progenitores pueden trabajar y ambos contribuirán proporcionalmente a los gastos del hogar y de los servicios públicos, a la alimentación, a la ropa de los hijos, a los gastos escolares y médicos, combinando sus bienes e ingresos en el esfuerzo común de criar a los hijos.

Tras la separación consensuada o judicial, el divorcio y la ruptura de la convivencia entre los padres, los hijos tienen derecho a mantener el mismo nivel de vida que disfrutaban durante la convivencia entre los padres[2].

En concreto, la pensión alimenticia de los hijos, en caso de separación y divorcio, consiste en el pago de una pensión periódica, es decir, el abono mensual de una cantidad de dinero, determinada por el tribunal o por acuerdo de las partes, generalmente en la cuenta bancaria del progenitor que tiene la custodia, es decir, el que vive regularmente con los hijos.

Pensamos, por ejemplo, en los gastos de odontología, oftalmología o medicina especializada en general, o incluso en los gastos de vacaciones o cursos de formación (idioma extranjero, especialización de estudios, vacaciones de estudio).

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El derecho a la manutención también corresponde al hijo mayor de edad hasta que sea económicamente autosuficiente, es decir, que pueda mantenerse por sí mismo, siempre que su dependencia económica no se deba a una inercia culpable.

Las disposiciones constitucionales y penales del ordenamiento jurídico sugieren un bagaje ético mínimo que debe ser transmitido al niño por el padre para enseñarle los principios de respeto a la convivencia civil.

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El derecho a crecer en el seno de una familia consiste en el derecho a no ser sometido a medidas de adopción, acogida y alejamiento de la propia unidad familiar, salvo en los casos expresamente previstos por la ley.

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Los años pasarán y un día mirarás a tu hijo como un hombre y te sentirás increíblemente orgulloso de que se cuide, esté seguro, haga una contribución y, con suerte, llegue mucho más lejos que tú en el ámbito de su vida.

Hasta que no tengas un hijo propio, no sabrás lo que significa. Nunca conocerás la alegría más allá de la alegría, el amor más allá del sentimiento que resuena en el corazón de un padre cuando mira a su hijo.

Sus hijos no son sus hijos. Son los hijos e hijas del hambre de la vida. No vienen de ti, sino a través de ti, y no te pertenecen aunque viváis juntos. Puedes amarlos, pero no los obligues a tus pensamientos, porque ellos tienen sus propios pensamientos. Puedes custodiar sus cuerpos, pero no sus almas, pues habitan en casas futuras, que ni siquiera en sueños puedes visitar.

Dedicado a mi hijo

Es inadmisible la solicitud, presentada por el progenitor no custodio obligado a pagar una contribución para la manutención de un hijo menor, de que se deduzcan de las cantidades adeudadas las cantidades abonadas, en concepto de prestaciones familiares, directamente al cónyuge custodio por el Parlamento Europeo, empleador del interesado, cuando los acuerdos entre los progenitores o las resoluciones judiciales, en los procedimientos de separación judicial y divorcio, no han tenido en cuenta expresamente el importe de dichas prestaciones familiares, por tratarse de una cuestión deducible que no se ha planteado en los citados procedimientos. (Desestimado, TRIBUNAL DE APELACIONES DE ROMA, 09/10/2014).

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La regla de la custodia compartida de los hijos a ambos progenitores, prevista en el artículo 155 del Código Civil con referencia a la separación personal de los cónyuges, no excluye que el hijo sea acogido por uno de los progenitores (en este caso, la madre) y se establezca un régimen específico de visitas con el otro progenitor.

Con las medidas relativas al hijo menor, el juez de la separación de los cónyuges debe garantizar, en ausencia de obstáculos específicos, el mantenimiento de la relación entre el hijo y el progenitor no custodio, dentro de los límites compatibles con la fractura de la unidad familiar, teniendo en cuenta que el desarrollo equilibrado del hijo, al que deben tender dichas medidas, necesita, por regla general, la contribución de ambos progenitores.

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