¿Cómo sacar una idea de la mente?

Zen vaciando la mente

Un ejemplo de ello son todos aquellos pensamientos intrusivos que pueden referirse a asuntos marginales de la vida de uno y que surgen junto con conflictos importantes que se viven en el mundo sentimental, laboral, sanitario o social.

Un pequeño contratiempo en un proyecto se convierte en un gran obstáculo, un gesto amistoso de un amigo se convierte en algo feo y amenazante, una pequeña crítica de un colega se convierte en una condena de los propios defectos e insuficiencias. La rumiación se impone y se alimenta de algunos datos que pueden ser reales.

Las obsesiones pasan solas

Se distingue entre las obsesiones y los pensamientos negativos, incluidos los pensamientos negativos automáticos que están justo por debajo del umbral de la conciencia y que pueden ser recordados por la conciencia: se manifiestan como conceptos verbales o imágenes juzgadas creíbles por la persona que los experimenta.

Vivir en un estado de ansiedad y estrés y generar constantemente obsesiones y pensamientos negativos supone traer consecuencias negativas a la vida de la persona, como la culpa, los pensamientos suicidas o el sentimiento de culpabilidad, pero también síntomas físicos como insomnio, falta de apetito, dolores de cabeza, colitis y otros.

Pensamientos traviesos involuntarios

Aceptando el hecho de que es imposible no tener pensamientos negativos y que nuestra mente es un poco como un mono que corre de un pensamiento a otro sin parar, tratamos de entender cómo liberarnos de los pensamientos y las preocupaciones que a menudo son inútiles además de perjudiciales.

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Stefanie Stahl, psicóloga alemana, acude a nuestro rescate en su libro “¿Quién apagó la luz?”, en el que da varios ejemplos y propone ejercicios para liberarnos de los pensamientos negativos, sanar nuestro “niño interior” y reforzar la autoestima.

A menudo nos damos cuenta (a posteriori, por desgracia) de estos pensamientos negativos porque tenemos reacciones repentinas y excesivas que se apoderan de nosotros sin darnos ninguna forma de controlar nuestros impulsos.

Para salir de las situaciones críticas de ansiedad y de los pensamientos negativos recurrentes, existen varias técnicas. Algunas de ellas pueden parecer incluso sencillas y triviales pero, precisamente por su sencillez, merece la pena probarlas.

Por ejemplo, cuando te des cuenta de que tienes un pensamiento negativo o una corriente de pensamientos negativos, distráete obligándote a centrarte en el entorno exterior, encuentra 10 cosas rojas o piensa en 10 países que empiecen por la letra B.

Borrar una persona de la memoria

El exceso de pensamientos ocupa nuestra mente de forma que nos impide pensar con claridad, nos mantiene distraídos y consume nuestra energía mental, lo que se traduce en menos tiempo y energía para hacer el trabajo real. Impone una carga cognitiva en nuestra mente que nos distrae de pensar en el futuro y de hacer verdaderos progresos.

Todo el mundo puede pensar y repensar las cosas de vez en cuando, pero los pensadores crónicos, los que pasan la mayor parte del tiempo rumiando y poniéndose bajo presión, confunden lo que yo llamo “presión positiva” con el estrés.

Frases como “qué pasaría si” y “debería” dominan el pensamiento, como si un jurado invisible se sentara a juzgar la vida. ¿Conoces a alguien que se pone nervioso cada vez que publica en Internet porque le preocupa profundamente cómo interpretarán los demás sus publicaciones y actualizaciones?

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“Como nos sentimos vulnerables cuando pensamos en el futuro, seguimos intentando resolver los problemas en nuestra cabeza”, dice David Carbonell, psicólogo clínico y autor de “El truco de la preocupación: cómo tu cerebro te engaña para que esperes lo peor”.

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